El escudo de Extremadura, que proclama a un rey absolutista
El 9 de septiembre, del 2023, el Editorial de este Diario de Mérida, hacía referencia a los cambios que buscando un diseño moderno, querían hacer en el Escudo de Extremadura.
«Es por esto, que no se entiende el cambio en el escudo de Extremadura de los organismos autonómicos, sustituyendo el original por una mala copia que deja mucho que desear y que no se ajusta a los cánones heráldicos establecidos».decía el Diario.
Y es que un escudo, es como la fachada simbólica de una familia, un pueblo, región o nación. Reconozco que en general, se desconoce cuales son los elementos de creación de los mismos, e incluso cómo describirlos. (Recuerdo en cierta ocasión que cuando en una conversación le comenté a una persona, que la figura que aparecía en el escudo de mi apellido, que llevo en un llavero, era un Grifo (animal mitológico) me dijo: «No sabía que proveníais de hidalgos fontaneros». ) Yo, lo que conozco de estas cosas, lo aprendí, de un heraldista, Juan Antonio Morales-Pogonowski Martín. que publicó en el 2001, un libro «Escudo de Armas y Enseñas de la Ciudad de Mérida», algo que nos parecería un tema para ocupar diez páginas, como máximo, pero el libro tiene 182, lo que nos da idea de que un escudo de Armas, puede dar mucho de sí, tanto por sus componentes como por su significado y descripción.
Es evidente, que quien ha diseñado el esquemático Escudo de Extremadura, carece de los conocimientos adecuados, aunque sepa mucho de diseño. porque debe someterse a la normativa que rige la heráldica. Podríamos empezar por la corona, que no cumple la normativa. Porque la Corona real que corona cualquier Escudo, en España es: » cerrada, que es un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesta de ocho florones de hojas de acanto, visibles cinco, interpoladas de perlas y de cuyas hojas salen sendas diademas sumadas de perlas, que convergen en el mundo de azur o azul, con el semimeridiano y el ecuador en oro, sumado de cruz de oro. La corona forrada de gules o rojo.»
Y se come el dibujo, las piedras preciosas y sobre todo, no se asienta la corona «en el jefe» ( el pueblo, la nación) y carece de las diademas adecuadas visibles, cinco . Sin contar con el león, que ha de ser rampante, ni del número en la parte inferior de las ondas de plata y azur. Dejemos si se quiere, aparte lo de los colores, pero hay que ser fiel, con las figuras, si nos han de considerar serios, fuera de Extremadura, en nuestros símbolos-
El Académico de Número de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, Pedro Cordero Alvarado , hizo un pequeño estudio crítico del Escudo de Extremadura. Del que sólo reflejaré algunas cosas, que vienen a cuento.
«ESTUDIO CRÍTICO DEL ESCUDO DE EXTREMADURA
El motivo fundamental que nos mueve a realizar este estudio acerca del escudo de la región extremeña es porque en él se encarnan, de manera tristemente fehaciente, todos los pasos que no deben darse para la creación de cualquier escudo, sobre todo si, como en este caso, se trata de armas territoriales, asunto que, guste o no, es materia propia de los especialistas en estas ciencias, de la misma forma que el diagnóstico de una enfermedad o interpretar la melodía de una partitura al violín son actos propios de médicos y de músicos y no se dejan en manos de profanos en estas disciplinas, incapaces, por otra parte, de realizarlos correctamente».
GÉNESIS DEL ESCUDO DE EXTREMADURA.- Guiados por las mejores intenciones del mundo, acaso porque nuestros gobernantes autonómicos de aquellos años ingenuamente creyeran que el escudo regional era una cosa de todos, vamos a contar los pasos que siguieron para conseguirlo -según consta en el libro que ha publicado la propia Junta extremeña, titulado: ASAMBLEA DE EXTREMADURA (1983-1993), en el que nos explican, ce por be, cómo se generó nuestro emblema regional.»
Y le da un repaso crítico, a la confección del Escudo, que sería largo y que tiene un lenguaje técnico, que no todo el mundo comprendería.
En la confección del Escudo se pidió, con la mejor intención del mundo, la colaboración popular. Pero en el artículo de Pedro Cordero Alvarado, se anota:
» Poseo algunas de las propuestas que enviaron los extremeños, todos ellos guiados por la mejor voluntad del universo, pero, como es lógico, sin la menor idea de cuanto gira en torno al mundo de las armerías, propuestas que vienen a ser, por el estilo, semejantes al escudo que finalmente se aprobó. De lo anteriormente expuesto deducimos que:
1º- Nuestros gobernantes, porque realmente tampoco tienen porqué saberlo, no tenían ni la más ligera idea de cómo debería de ser la configuración, en lo que a particiones del campo se refiere, del nuevo escudo, según las normas heráldicas que rigen para este tipo emblemas (armas territoriales). 2º.- Ni tampoco sabían, con precisión y exactitud, cuáles serían los muebles -o las figuras- que deberían formar parte de él, hermanando los antecedentes históricos, por un lado y, por otro, los símbolos que deberían representar a la Extremadura de hoy, en nuestro escudo regional.»
Pero ¿por qué?, me pregunto yo, que el Escudo que habitualmente parece en muchos lugares, entre ellos el representado en el artículo, al que me he referido del Editorial de este periódico, muestra que España es una Monarquía absolutista?
Porque en el Escudo, aparece la corona separada del resto. El Escudo, en el que están insertas las diferentes figuras, que identifican a la Comunidad Extremeña, representan al Pueblo, sobre la que se apoya la Corona. La Monarquía no está separada de ese Pueblo, ni por encima de él, se apoya en él, como indica la Constitución, por lo tanto, no puede colocarse la corona «volando» por encima, debe apoyarse en el «jefe», que es la parte superior del Escudo. «El Jefe o cabeza, es la pieza heráldica de primer orden, que en un escudo lo abraza de un lado al otro en su parte superior»
Pedro Cordero, en su largo artículo critica también que:
«6º.- Por otro lado, las coronas, en los escudos de armas van sumadas al jefe, no surmontadas, o volantes, como aquí se muestra.»
Para darnos cuenta, véase cómo aparece pegada la corona sobre «el jefe,» en el escudo de España. Mostrando que la Monarquía, se sustenta en la nación, en el Pueblo, no está por encima de él.
Véase, lo firmemente que está apoyada la «Corona mural» en los escudos de la Primera y Segunda República, cuando se retiró la corona real, incluso hasta la que ostentaba el León del Escudo. Lo tenían claro.
Pero esto requeriría otro artículo.