Es la fotografía del 23-F. De las muchas que se hicieron ese día, Manuel Barriopedro logró la imagen que ocuparía portadas de periódcos de medio mundo. El teniente coronel Antonio Tejero y un grupo de guardias civiles engañados, asaltaban el Congreso de los Diputados. Corría 1981. Se debatía la elección de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno tras la dimisión de Adolfo Suárez. Aquel día España como país libre pendió de un hilo. El elefante blanco anunciado por Tejero nunca llegó. Fueron 23 horas de angustia. Y al final, ganó la Democracia, en mayúsculas, con la unión de todos los españoles que querían ser libres, después de sufrir cuarenta años de una dictadura bestial y que corrompía todos los estamentos de un estado puesto al servicio de un ególatra que disfrutó con un golpe de estado, con una guerra entre hermanos y de un país del que se sirvió hasta el final de sus días.
Pero la foto de Manuel Barriopedro perdura y es historia. En cualquier buscador de internet que se ponga 23-F la primera imagen que aparece es la de Tejero con la mano inquierda en alto y empuñando un arma en la derecha y diciendo: «¡Quieto todo el mundo!». Es la imagen. No hace falta más. Manuel pasó a la historia del fotoperiodismo español y su trabajo perdurará para siempre.
Un tanto de lo mismo le ha sucedido al colega Francis Villegas, fotógrado de El Periódico Extremadura durante 35 años, y que, ¡vaya casualidad!, justo cuando se jubila gana el Premio de Periodismo «Dionisio Acedo» de Prensa, que también ganara nuestro colaborador Félix Pinero hace años. Es la primera vez que en los 43 años de existencia del prestigioso premio que anualmente concede la Diputación de Cáceres se concede a una fotografía.
En una entrevista en exclusiva publicada en Diario de Mérida y Diario de Plasencia, realizada por Félix Pinero, Francis es el que se remonta a la fotografía de Tejero y a Manuel Barripedro para justificar que es cierto que una imagen vale más que mil palabras y para reivindicar el papel del fotoperiodismo en la prensa. Qué sería un periódico sin imágenes. Y es verdad, ¿qué sería un periódico sin imágenes?
Sin embargo, el mundo de la prensa vive ya, con internet, de lo inmediato y lo efímero, por lo que cualquiera con un teléfono móvil puede hacer una fotografía y publicarse. Total, va a durar si acaso un día en la web del periódico. Y todo esto cuando la prensa de papel está herida de muerte ante las nuevas tecnologías.

Por eso, el premio recibido por Francis Villegas tiene un doble valor, ya que se publicó en papel y en internet, por lo que perdurará en el tiempo, en la hemeroteca y en la red. Quizá llegue el día en que escribamos en un buscador Día de la Luz o Arroyo de la Luz y la primera instantánea que veamos sea la de Francis Villegas. Hace bien el fotógrado en defender el que ha sido su oficio desde mediados de los años 80 del siglo pasado y no miente cuando recuerda que había una camaradería que pagaban las familias, pues periodistas y fotógrafos pasaban horas y horas juntos, hasta altas horas de la madrugada.
¡Enhorabuena, Francis!, te mereces el «Dionisio Acedo» que te ha concedido un jurado imparcial y muy profesional y todos los premios que llevas ya en la mochila. Ahora, jubilado, y con el broche de oro que has puesto a tu carrera con este galardón, disfruta de la provincia de Cáceres, recórrela, fotografíala y publica ese libro que nos tienes anunciado y que esperamos con deseo. Y un beso muy fuerte al cielo desde donde, seguro, te envían mucha fuerza para que continúes con una labor hecha por los grandes, como tú lo eres.












