Diario de Plasencia invitaba estos días atrás a partidos políticos y colectivos sociales a participar en el mismo con sus artículos de opinión o con sus notas de prensa. El primero que aceptó la invitación fue Alfredo Moreno, líder del PSOE de Plasencia, quien de forma clara y contundente dice que hay que cambiar la dinánimca de «ser una ciudad con problemas de pueblo prqueño y pasar a ser lo que somos, la cuarta ciudad de Extremadura».
Pero es que parece que esos problemas los venimos arrastrando desde hace más de treinta años. Un ejemplo lo hemos vivido hoy, con la reunión del director de Infraestructuras de la Junta de Extremadura y el alcalde placentino, hablando de nuevo de las avenidas Martín Palomino y España. Esto ya se trató en la época de José Luis Mariño Roco y después de Cándido Cabrera. Ya en época de éste último se presupuestó la obra de Martín Palomino pero que si quieres arroz Catalina.
Mas aquí no vale hablar de pasado sino de presente, de los once años que lleva Fernando Pizarro como alcalde y con proyectos pendientes de hace treinta años. Esto denota falta de interés por parte del edil. Y Alfredo Moreno lleva razón en que Pizarro no está «capacitado» para el cargo. No vamos a hacer públicos el número de lectores que tuvo el artículo de Moreno (quizás deberíamos hacerlo) pero les podemos decir que la publicación de ese artículo puede que marque un antes y un después.
Quede claro que Fernando Pizarro García-Polo tiene la misma oportunidad que el líder socialista, pero no es el único que dice que Plasencia está en caída libre y que se han perdido proyectos importantísimos claves para la ciudad, por no decir la pérdida de habitantes, perdiendo más población activa que cualquier otra ciudad de Extremadura.
Una de las realidades que también se ha perdido en estos once años de mandato del alcalde Pizarro ha sido la Institución Ferial de Plasencia. Justo cuando se creó después de la Institución Ferial de las Vegas Altas (Feval) y ser la segunda en importancia de la región, va este equipo de gobierno y se la carga, quedando a la ciudad sin un escaparate de modernidad, económico y de proyección al resto de Extremadura y Comunidades colindantes.
En tema de Turismo a Pizarro le ha venido a ver el Espíritu Santo, ahora que tenemos nuevo obispo, con la exposición Transitus de Las Edades del Hombre. Las cifras de visitas son muy buenas, pero, como decimos, al Ayuntamiento del PP se le ha aparecido un Ángel porque el peso económico de la muestra ha sido de la Junta de Extremadura con más de un millón de euros de subvención.
Podríamos continuar con el listado de carencias, errores y falta de interés por la ciudad, pero nos repetiríamos con respecto a nuestros colaboradores. Esperamos que, por el bien de todos, Plasencia recupere parte al menos de lo perdido y nos resistimos a que nadie tenga que coger por la pechera a Plasencia, aunque Abel Hernández da en la diana en su análisis de la situación de la ciudad. Sin embargo, también pensamos que cuando uno se acostumbra a robar, y este alcalde ha robado la cartera a muchos placentinos, es difícil dar marcha atrás. Pizarro tiene la oportunidad de aclarar todo esto, pero se hunde en el sillón de la Alcaldía, apaga las luces, pone música clásica y ahí se vayan todos a…













Amén. ! Plas, plas, plas!
El Editorial marca la radiografía de una Ciudad sumida y hundida por un alcalde-sacristán dedicado a otros menesteres y a su continua mendacidad. Ha hecho de la mentira su profesión política y no quiere bajarse del burro de la mamandurria que buenos euros le da. Ningún proyecto de desarrollo par la Ciudad, ninguna inversión importante de las administraciones, de los servicios qué decir, cada vez menos, por su cabezonería en impulsar lo que los propios ciudadanos le reclamen. No escucha. Su soberbia está por encima del bien y del mal. Él solo para el postureo, vender humo, fotos, RRSS y para de contar. Eso sí, ya en su nuevo casoplón. Aumenta patrimonio, aumenta casa.