Que España ha evolucionado es un hecho cierto. Diferente es la apreciación de cada uno, si a bien o a mal. Quizás ni tan siquiera eso, no necesariamente hay que valorar la bondad o maldad del cambio. Desde mi punto de vista y siguiendo el eslogan: ¡España es diferente! Ya en su obra el poeta, dramaturgo, novelista, guionista y articulista, Antonio Gala Velasco, hacía una reflexión sobre el amor diferenciando el papel de uno y otro, del amante y del amado. “El amante llega, inviste y reviste al amado con las prendas que él trae: mantos, bordados, oros, velas, como a un…”
Por otra parte, me cae simpática doña María de las Mercedes Milá Mencos, siempre sonriente, la procesión va por dentro. Enamorada, según manifiesta en tono jocoso, últimamente del actor cubano Willian Levy.
Por fin logró entrevistarlo y con su habitual habilidad logró que le hablara abiertamente de sus sentimientos. De los del actor me refiero; ella ha sido siempre muy reservada con los suyos, incluso han quedado en verse cuando aquél visite España.
Y es que, a según qué edad no hay que andarse con citas clandestinas ni de tapadillo, que estas sí las carga el diablo. Según me dijeron: “en España, te hechas un amante y te llaman para felicitarte”. ¡Y es que hay mucha gente aburrida y envidiosa!
A Mercedes Milá, le correspondía por herencia de su padre el Condado de Montseny, título nobiliario al que renunció. Acción para mí elogiable, pues según entiendo los méritos son de quien los obtiene y no de sus descendientes. Por ello y desde mi punto de vista, nunca un reconocimiento debería heredarse.
Aristócrata en cualquier caso que, al igual que ocurre con Ana Torroja Fungairiño (III marquesa de Torroja) y Tamara Isabel Falcó Preysler (VI marquesa de Griñón) me resulta simpática, repito.
Extrovertida y cordial, me ganó desde aquella genial entrevista a nuestro insigne Premio Nobel y catedrático del gerundio y el participio, en la comparación entre los verbos: dormir y joder. Quien le describió su habilidad para absorber agua de una palangana por vía anal. ¡Que ya hay que estar aburrido para aplicar el método científico (ensayo y error) y evidenciar esta conclusión!
Practicando su reciente afición y en un anuncio de TikTok, otra razón por la que me resulta graciosa Mercedes, recomienda que no perdamos la oportunidad de seguir en una plataforma digital la serie “Salvar al Rey”. Teatrera y maestra del suspense como es ella, que la experiencia es un grado, genera la expectación precisa.
Y hete aquí que me dispongo, tras mucho luchar con ese ingenio diabólico llamado mando de la televisión, a disfrutar de la serie cuando… ¡No! Una moneda en el inicio con la efigie del protagonista principal. ¡Vaya guasa y que sutil simbiosis! La moneda en cuestión y al rey que se refieren no es al actual.
Por si no fuera suficiente chasco, además sale la hija de una cacereña explicando que su madre era amiga, pero amiga lo que se dice… amiga, del emérito. Permítanme no seguir desgranando la serie, por aquello de no hacer spoiler; anglicismo que uso en el sentido de no revelar detalles de esta trama que espero sea una obra de ficción.
De ser cierto todo lo que aquí se desvela supondría un duro golpe a la institución, al sistema y sobre todo a la persona del Rey. Raudo y veloz corro a consultar, como plumilla nobel que soy, la RAE que para eso está. En la octava acepción de amiga dice: “amante, persona que mantiene con otra una relación amorosa”. Menos mal, me quedo mucho más tranquilo. Si lo dice la Real Academia Española de la lengua, dicho queda.
Y ahora y con su permiso me dispongo a ver el segundo episodio de la primera temporada. Porque entiendo que, si de amantes va la cosa, me quedan más horas de sillón que cuando se me ocurrió ver “Juego de Tronos”, de un tirón.