Antes de cumplir 18 años, el joven Mozart había compuesto más de doscientas obras musicales.
George Simenon escribió más de doscientas novelas, muchas de ellas auténticas genialidades, casi todas las que no tienen como protagonista al comisario Maigret. Se dice que se acostó con más de treinta mil mujeres, muchas de ellas prostitutas.
María Moliner estuvo durante quince años escribiendo en la mesa del salón de su casa, fuera de su horario laboral, utilizando fichas de papel, una pluma «Mont Blanc» y una máquina de escribir portátil el Diccionario de uso del español.
Leonardo da Vinci (1452-1519) fue anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta, urbanista…
Marie Curie fue pionera en el campo de la radiactividad y la primera y única persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades científicas: Física y Química.
Rosalind Franklin, química y cristalógrafa, experta en la técnica de difracción de rayos X, que vivió solo 37 años, desempeñó un papel crucial en el descubrimiento de la estructura del ADN y del ARN.
Picasso, Dalí, Van Gogh, Marí Moliner, Marie Curie, Bach, Beethoven, Rosalind Franklin, Virginia Woolf, Bobby Fischer, Ada Lovelace, considerada la programadora de ordenadores allá por el siglo XIX, médicos, ingenieros, inventores, científicos, astronautas, investigadores y tantos, no fueron youtubers, influencers, hackers, streamers, futbolistas, “emprendedores”, funcionarios, directivos de Inditex, Apple, Google, Facebook, Banco Santander, modelos, diseñadores de ropa o cantantes
Y luego están los genios anónimos y desconocidos, que también existen y han existidos, pero que han sido indiferentes para la Sociedad o que pasaban de la Sociedad.
Decían que muchos de ellos -Einstein, Darwin, Picasso, Verdi, Edison- fueron muy malos estudiantes, es decir, a pesar de la escuela llegaron a conseguir la genialidad al alcance de tan pocos.
Chiste final. Como me gusta pensar a lo grande porque es gratis y se puede comer de todo, si de mayor tengo que copiar de alguno de ellos, que sea en George Simenon (descontando las prostitutas). Qué bien y cuánto escribía el muy ladrón.
Y es que tiene que haber gente “pa tó”.
Fin.