Cuando María Guardiola («la rubia extremeña», según Alfonso Ussía) tome posesión de su cargo como presidenta de la Junta de Extremadura (tal vez resucite el Gobex de Monago), Plasencia retrocederá años en su desarrollo como ciudad. Si el 23 de julio Alberto Núñez Feijóo llega a la Presidencia del Gobierno de España, Plasencia caerá al abismo. No es alarmismo ni tratar de mentir con algo tan serio, porque aquí el problema se llama Fernando Pizarro, que no lo tragan ni en la Regional ni en la Nacional. Pero, claro, si la alternativa al alcalde es David Dóniga apaga y vámonos.
Fernando Pizarro estuvo enredando la primera mitad del año 2022, pisando callos y levantando ampollas. Se pensaba que sus tres mayorías absolutas iban a ser suficientes para presidir el PP regional, pero Monago, que sabe de las interioridades del Partido Popular más que Pizarro por muy coordinador que éste fuera de 2011 a 2015, y que tiene mucha más mala leche, consultó con Fernando Manzano, expresidente de la Asamblea de Extremadura, y se sacó de la chistera a María Guardiola.
Pese a los consejos de amigos y enemigos, Pizarro no se avino a razones y siguió con su candidatura hasta que le llamaron de Madrid y le dijeron claramente: «Fernando, no es tu momento. Tu sitio está en Plasencia», y así, de la noche a la mañana, renunciaba y decía: «Yo no estoy para ganar congresos; estoy para ganar elecciones». Y así, el 16 de julio de 2022, María Guardiola se daba un baño de multitudes y era investida presidenta regional del PP. Hasta aquí nada nuevo.
Y ahora, empieza a escribirse la siguiente historia. Guardiola va a ser presidenta de Extremadura y en esa idea de Extremadura que maneja la líder popular no entra la cantonalista que albergan muchos placentinos. La ciudad en estos últimos 12 años ha ido cayendo en un pozo del que no se sabe cómo salir. Lo de la estación del tren en Fuentidueña ha quedado en el olvido. El AVE extremeño no tendrá enchufes para el móvil, simplemente porque no existirá. La Casa del Deán servirá de almacén de un hotel cercano. Jamás se sabrá que sucedió con el coche fantasma de la Policía Local que fue multado en Portugal. La plantilla de la Policía Nacional no crecerá…
Pizarro sacará estos temas de vez en cuando, siempre que les sea necesario y se vea apurado por la oposición, pero con más concejales y si antes ya ejercía de Rey Sol a partir de estos momentos será irresistible, para casa que no para la Guardiola, que se encuentra elaborando las listas del PP al Congreso y al Senado y pregunta continuamente a Monago si coloca a Fernando Pizarro en la lista del Congreso o en la del Senado.
Que nadie se lleve las manos a la cabeza si Pizarro es el cabeza de lista de la papeleta al Senado porque por ahí van los tiros emulando al que fuera alcalde de Badajoz, Fran Fragoso, o al de Mérida, Pedro Acedo, que fueron senadores continuando con sus cargos de alcaldes.
Y este es el momento en el que todo se difumina. Guardiola pensando en ella y en las listas. Monago siendo el patriarca de todos ellos. Y Pizarro soñando más en ser senador que en alcalde de Plasencia. Desde luego, con este plan, Plasencia sigue perdiendo porque hemos entrado en la era de los personalismos y en no pensar en lo colectivo. Hagan una cosa si aún conservan el programa electoral del PP: guárdenlo y sáquenlo dentro de un año: verán muchas letras menudas y ninguna llevada a efecto.
Si Fernando Pizarro es senador, Plasencia no estará en el mapa regional, no, será un alcalde que hará siempre lo que diga Madrid y callará ante los incumplimientos. Ya lo verán…