De buena mañana me sorprendo al leer en mi sección favorita de la prensa, la de anuncios por palabras, lo siguiente: “Cambio Ferrari por Twingo” y justo al lado del primero, otro que pregona: “Y yo Rólex por Casio”. ¿Pero, qué pasa hoy? ¿Quién osa intentar burlarse del respetable con semejantes majaderías?
¡Anda revuelta España! No hay otro tema de conversación en todas las revistas del corazón, tertulias radiofónicas y televisivas e incluso en los más sesudos corrillos de las peluquerías más prestigiosas. ¡No se habla de otra cosa!
Preocupados todos y demandando más detalles del tema en cuestión. Más que tema es ya un “hit” que avanza imparable para situarse en tiempo récord en los primeros puestos de las listas de éxito discográficas y en apenas doce horas lleva más de treinta millones de reproducciones.
Esto sí que es una interpretación y no la del juez don Pablo Llarena Conde de la ley que hoy entra en vigor. A la inmensa mayoría de los españoles lo mismo les da que la sedición haya caducado y apenas se sustituya por desórdenes públicos, agravados o sin agravar. Total, por un quítame allá esas pajas. ¡Uy! ¿En qué estaría yo pensando?
Vuelvo a la noticia bomba de hoy, si alguien había pensado que la cantante barranquillera no iba a hacer frente a su deuda con la Agencia Tributaria estaba más que equivocada, equivocado o lo que se tercie. Ser costeña imprime carácter, ser currambera es lo más. De algo ha de servir ser natural y superviviente de una de las ciudades más violentas del mundo.
La cantante en lugar de deprimirse ha decidido que lo suyo con el padre de sus hijos lejos de ser un problema es una oportunidad, tal y como predican las más afamadas “coachs” (predicadoras modernas que están de moda y que se encargan de animarte y acompañarte en este “valle de lágrimas” que para algunas es el pan nuestro de cada día).
Y es que a nadie puede dejar indiferente que tu pareja y padre de tus hijos te cambie por una persona rubia natural, a la que doblas la edad. Además, justo cuando la fiscalía le pedía una pena para nada cómoda ni agradable y que sin duda se podrá arreglar con una multa ejemplar y ejemplarizante. Motivos hay más que sobrados para empatizar con ella, pero de ahí a vengarse de forma pública y musical dista un trecho.
No son modos ni maneras dignas de una estrella musical de fama internacional, sin duda eclipsada por las armas de mujer despechada. Eso sí, todo por la pasta, que las penas con pan son menos. Apenas Clara Chía, pico pala, pico pala con Gerard Piqué, la colombiana que se ha puesto manos a la obra y aprovechando la revolución sentimental y hormonal que experimenta, va y se marca un “Marinero de luces” contemporáneo. Si bien es cierto que por razones menos trágicas y sin duda solucionables.
O mucho me equivoco o esto no ha hecho más que comenzar. Aquí hay salseo y del bueno. Tiempo al tiempo.