La unión hace la fuerza. La desunión favorece a la debilidad. Esto en política es así y los extremeños sabemos que sólo con unidad conseguimos las metas marcadas. El divide y vencerás en esta tierra ha sido una constante para evitar que el pueblo extremeño pueda alcanzar las metas que dirigentes como Rodríguez Ibarra soñaron en su momento y que gracias a su esfuerzo cayeron del árbol como la fruta madura. Puestos a fabular imaginen a un Rodríguez Ibarra con 6.000 millones de euros de presupuesto anual. De haber sido así, a Extremadura no la iba a conocer ni la madre que la parió, dicho en su momento por Alfonso Guerra.
Pero para el Partido Popular todo vale en política. Desde criticar la falta de previsión del PSOE en cuanto a la gratuidad universal de los comedores escolares a criticar a la anterior consejera de Igualdad y durante legislatura y media de la segunda portavoz de la Junta, Isabel Gil Rosiña, asegurando que por su falta de diligencia Extremadura va a perder ocho millones de euros. Lo ha dicho en la Asamblea la secretaria general de Igualdad y Conciliación, María del Ara Sánchez Vera, quien tiene rango de consejera para engañar a Vox.
Porque en lugar de arremeter contra Isabel Gil Rosiña, quien se dejó la piel y casi la familia por los derechos de las mujeres, y que lo sigue haciendo desde su escaño en el Parlamento extremeño, ganado a base de votos de los extremeños no puesta a dedo como la señora Sánchez Vera, la secretaria general con rango de consejera debería explicar a la ciudadanía por qué no es consejera. Y la única razón es que hay que contentar a Vox y este partido, socio del Gobierno extremeño, es partidario de las corridas de toros pero «no condena la violencia machista», dicho por la propia presidenta María Guardiola.
La señora magistrada Sánchez Vera, que dice en su favor que hay sillones confortables en la judicatura pero que ella prefirió los juzgados siempre complicados de violencia de género, no puede utilizar los servicios de prensa de la Junta de Extremadura, que se pagan con los impuestos de todos, para arremeter contra la anterior consejera de manera tan ruín y, por tanto, poco elegante, porque si algo caracteriza a Isabel Gil Rosiña es su tesón y su buen olfato para las subvenciones. Es difícil de creer que Rosiña se dejase escapar ocho millones de euros y aquí y ahora podrían hablar las decenas de asociaciones de mujeres que han podido desarrollar su misión gracias a los dineros de la Junta socialista o que hablen, también, las mujeres maltratadas y sus hijos que han permanecido en las Casa de la Mujer de Cáceres y Badajoz. Y no ponga como excusa, señora Sánchez Vera, que la tele del salón no funcionaba. ¡Vaya chorrada!
Si algo ha caracterizado a Isabel Gil Rosiña en su ya abultada carrera política ha sido, precisamente, su constancia y su tesón, estando encima de cada caso de una mujer que tuviese problemas. Venir ahora a culparla de que por ella Extremadura deja de percibir ocho millones de euros es una necedad y una falsedad. Isabel Gil Rosiña ha sido y es una gran política del PSOE, conocedora como ninguna de los problemas de las mujeres extremeñas y que ha sabido gestionar los presupuestos que tenía asignados con diligencia, transparencia y eficacia.
Por eso, señora María del Ara Sánchez Vera parece mentira que usted, siendo magistrada, haya juzgado de manera tan banal a Isabel Gil Rosiña y la haya echado a los leones sin antes, como hubiese sido lo preceptivo, informarse bien del trabajo que ha desempeñado a lo largo de los años. Una jueza no puede condenar sin pruebas y usted, señora Sánchez Vera, ha condenado a una inocente trabajadora en lo público y por lo público. No parece ni ético ni estético que una mujer que ocupa un cargo raro para complacer a Vox arremeta contra otra. Mujer contra mujer. No es la política que defiende la presidenta María Guardiola, quien tiene un discurso más pacifista y conciliador. Ya quisiera este Gobierno de Extremadura contar con Isabel Gil Rosiña en sus filas.