A vueltas con el editorial y en la redacción, llegamos al acuerdo de centrarnos en temas de actualidad y enjundia suficientes para terminar los dos culebrones de estas fiestas navideñas: por una parte, las andanzas amorosas de las “Preysler”, “ahora sí y ahora no”, y por otra las andanzas, en este caso, desamorosas de María Guardiola Martín, “ahora sí y ahora no”.
“Amores que matan” (según la letra de una famosa canción de Pimpinela), en este caso que nos ocupa, al Partido Popular. Es sorprendente, vergonzoso si no demencial, que cada día nos levantemos con un nuevo escándalo. A los ya públicos de Mérida, Badajoz, Medellín, Villafranca de los Barros, Olivenza, Navalmoral de la Mata… se suma hoy el de Puebla de la Calzada.
Don Julio Pámpano, quien fuera cabeza de lista en los comicios de 2019, se queja amarga y públicamente, repitiendo una letanía que por conocida no deja que de sorprender: “No son formas. Se están haciendo las cosas sin escuchar a la gente que trabajamos en el pueblo…” Se queja otro más, de cómo lleva las riendas la lideresa y se siente menospreciado. Tal es el grado de descontento que, junto a don Francisco Aureliano Barril, está decidido a terminar la presente legislatura en el grupo mixto, abandonando de malas maneras su partido de toda la vida.
Otros dos concejales que presentan su baja del Partido Popular. ¡Suma y sigue! en este disparate cotidiano que a nadie deja indiferente. Doña María, entre risas y ocurrencias está destrozando una organización, imprescindible desde nuestro punto de vista, en la sociedad extremeña.
Doña María Guardiola Martín debería dimitir inmediatamente, por el bien del Partido Popular. No es de recibo que este partido esté todos los días en boca de propios y extraños. No es justo y no se lo merece, este partido es necesario e importante en la representación de una buena parte del electorado de Extremadura y razones sobran para solicitar que sea una organización fuerte y transparente, tal y como siempre desde su fundación.
Ni los militantes ni los simpatizantes extremeños de la derecha moderada y democrática se merecen esta vergüenza diaria y permanente, menos aún a poco más de cien días de las próximas elecciones. ¿Con qué cara van a ir los interventores y apoderados populares a las mesas electorales el día 28 de mayo? ¿A quién y qué representarán ese día?
Esto no puede ser, no podemos permitirnos quedarnos expectantes ante tamaña aberración democrática. El Partido es la máxima expresión democrática de los anhelos e ilusiones de una buena parte de nuestra sociedad. Necesario y fundamental, tal y como se ha demostrado recientemente al descararse los “salvapatrias” reformistas cuando no fascistas de nuevo cuño.
Por ello y muy a nuestro pesar rogamos a doña María Guardiola Martín, una vez demostrada su incapacidad para liderar esa organización que presente su dimisión, hoy mejor que mañana. No puede ser que todos estén equivocados excepto ella. Y ya de paso que hagan lo propio don Manuel Naharro Gata y don Laureano León Rodríguez, que ya será razón que se pongan a trabajar en algo de provecho, siquiera sea por su partido.