La consejera de Educación, Ciencia y Formación Profesional, alega que no se puede hacer frente al gasto que ya estaba presupuestado y que habrá dos mil ciento veintiséis familias que tendrán que asumir este gasto de los comedores escolares de su propio bolsillo.
Doña María de las Mercedes Vaquera Mosquero, hasta hace tres meses era la presidenta del Consejo Económico y Social de Extremadura, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Extremadura y ha estado impartiendo docencia desde hace treinta años, siendo responsable de contabilidad de costes y de gestión del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad.
Es por ello que no nos extraña que, como profesional y experta en la materia, se haya puesto a hacer números y haya comprobado que estas cuentas no salen. De ahí que hoy anuncie, tras su visita al colegio Dulce Chacón de Cáceres, que las disponibilidades presupuestarias no alcanzan para favorecer a la totalidad de las familias interesadas.
De manera que “de facto” se elimina inmediatamente la gratuidad universal de los comedores escolares y se decide regresar al anterior sistema de valoración por el que dependiendo de diferentes parámetros se puede optar o no a la gratuidad de este servicio.
Al resto de familias les queda la opción de disfrutar del comedor escolar previo pago de la mensualidad correspondiente o bien regresar a los antiguos usos y costumbres, pues no deja de ser lógico el incremento de la demanda una vez anunciada la gratuidad de la alimentación de los escolares.
Sin duda éste es uno de los cien “regalitos” que ya anunciaba la presidenta Guardiola dejados por el anterior Ejecutivo regional de modo que a las reclamaciones por la calidad de los alimentos suministrados se unen, en este curso, las propias de las expectativas no satisfechas.
Finalmente parece haberse impuesto la sensatez ante la demagogia, ya que es razonable que la alimentación de los hijos sea responsabilidad de los padres, excepto cuando sea necesaria la ayuda del resto de la sociedad, que para eso están las subvenciones y las ayudas para aquellos casos en los que haga falta.
De otro modo, se llega al contrasentido de que este servicio lo pagaríamos la totalidad de los contribuyentes a la totalidad de los niños, independientemente que sean de familias con pocos o suficientes recursos.