El problema del Alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro García, en la gestión de lo público es el de: mirate y no te menees. No ha habido Regidor municipal de Plasencia en el actual marco constitucional (cuarenta años de democracia) que haya llevado tan mal la gestión de lo público.
Pero además con el ingrediente de haberlo avisado desde la sociedad civil y los grupos políticos en la oposición municipal, desde la licitación de las obras y conociendo la situación de quiebra de la empresa a la que se le concedía la licencia para hacerse cargo de la transformación de esos dos edificios en Residencia de Mayores.
En todos estos años de disfuncionalidad constructiva, de incumplimientos a lo acordado en los documentos firmados previos al inicio de las obras, a los parones inexplicables, a los retrasos en lo prometido, la no contratación del personal acordado. Todo ello unido a la paralización de la obra si no había modificación presupuestaria en contra del Arquitecto Director técnico de la obra (a la sazón uno de los Arquitectos municipales) y que obligó más bien diría yo justificó al Alcalde para ceder a la presión de la empresa. Todo ello conllevó la modificación del proyecto y el pasarlo para su visado por el Colegio de Arquitectos, para justificación del Alcalde la renuncia a seguir dirigiendo la obra del Arquitecto.
El Ayuntamiento tuvo que afrontar económicamente ese modificado, el pase por el Colegio de Arquitectos del mismo y contratar a un Arquitecto no municipal. Para el Alcalde, paga Europa; pero el porcentaje correspondiente lo tiene que pagar el Ayuntamiento,es decir los placentinos.
Una obra que en dieciocho meses tenía que estar terminada vamos ya para mas de cinco años y así ha quedado a medias.
Ahora empieza el litigio jurídico entre el ayuntamiento y la empresa. Después de tantas justificaciones dadas por el Alcalde a través de todos estos años, de no escuchar a nadie. Siempre justificó todo lo que la empresa pedía o decía, sobre los incumplimientos evidentes pero ante la prepotencia ‘alcaldil’, siempre la justificaba. Nunca quiso escuchar las indicaciones de la sociedad civil ni de los grupos de la oposición municipal. Siempre justificando a la empresa de todo lo que pedía e incumplía. Ahí están sus declaraciones en la hemeroteca.
Siempre contestando ante la evidencia,con formas despóticas y teocráticas como de un dictadorzuelo sabiéndose con el control del ayuntamiento y con su mayoría a la hora de votar en el Pleno. Vamos,que la transparencia ha brillado por su ausencia y la arbitrariedad amparada en su mayoría,la ejerce para su justificación. Así de crecido ha ido el patán, chapoteando en sus mentiras y contradicciones . Y no han sido una ni dos ,sino muchas las veces que la oposición municipal alertó de los incumplimientos. También las noticias publicadas en prensa y sus comentarios como en los artículos y columnas de opinión. Nada ni nadie lo hizo descender de su trono .Él y solo él , «llevo la razón y no escucho a nadie».
Ahora la machacona realidad le ha hecho ver el fracaso de su obra estrella. Entramos en un tiempo de incertidumbre y quizás en litigios judiciales que no sabemos a lo que nos llevará. Por lo pronto el grupo municipal socialista ya ha pedido un Pleno extraordinario y monográfico sobre este asunto a celebrar el próximo 27 de septiembre. Entendemos que en él, se darán muchas explicaciones y se pedirán aclaraciones de todo este embrollo que ha sido justificado siempre con aires de prepotencia por el propio Alcalde ante los grupos de la oposición y los medios de comunicación.
Ahora queda ver si la Union Europea de cuyos fondos se concedieron para esta finalidad,autoriza su ampliación en tiempo para poder mantenerlos. Menudo parche, ‘pizarrin’ deja al ayuntamiento que todavía preside él.
Sin duda alguna la peor de las gestiones de lo público en Plasencia. Pero claro, el Sr. Pizarro tiene un grave problema: su orgullo, caracteristica personal que le impide corregir sus errores. Nunca más alcaldes como el Sr. Pizarro exento de toda capacidad de buen gobierno. Exento de capacidades personales y profesionales para gobernar una ciudad.