¡Talento! Del latín “talentum”. Inteligencia, capacidad de entender.
He tenido la oportunidad y la suerte de volver a ver a un compañero. Hacía diez años que nuestros caminos profesionales se habían separado. Lo encontré exactamente igual de ánimo y con fuerzas renovadas para seguir luchando en su tarea diaria. Responsable de asuntos culturales y entregado a su vocación de servicio público.
Es una de las personas importantes con las que he tenido la suerte de compartir nuestra única moneda, nuestro único talento, que es el tiempo, ¡la vida!
Inteligente y con capacidad de entender, buen oyente y buen escuchante, por tanto. Tras ponernos al día en lo familiar y en cuanto a los amigos comunes me transmitió una idea, desde mi punto de vista brillante. Está inmerso en un proyecto consistente en recuperar talento.
Así dicho pareciera que ya tenemos al charlatán de turno, cuentacuentos, comediante, boca chanclas o vendedor de crecepelo; no obstante, como lo conozco bien, presté atención a lo que me explicaba.
Está inmerso, en cuerpo y alma, en propiciar y ofrecer oportunidades a nuestros universitarios que, por circunstancias económicas y/o laborales, se vieron obligados a emigrar.
¡Talento! Aptitud. Capacidad para el desempeño de algo.
Trabajé codo a codo con él en la crisis económica del año 2008 y siguientes. Nos tocó arremangarnos y barajar situaciones difíciles. Es en estas vicisitudes donde se aprecian los gestores, los verdaderamente capacitados y capaces para cumplir un determinado desempeño.
Siguiendo la máxima de Juan Carlos: “Todos juntos, nadie debe quedarse atrás”. Pusimos todo de nuestra parte y entiendo que con éxito a tenor de los resultados.
Por eso sé que va a lograr recuperar a muchos de los jóvenes con inquietudes y emprendedores, tan necesarios en esta Extremadura nuestra.
¡Talento! Persona inteligente o apta para determinada ocupación.
Es sin duda necesario que haya personas que ejerzan y se preocupen por los demás. Debemos contar con los más inteligentes y aptos, con los que han demostrado tener un mayor talento.
¡Ojo con la memoria, ojo con las oposiciones! Debería primarse la inteligencia, la empatía y el talento. No valen los mediocres, no sirven los ocurrentes apagafuegos y sus adláteres, en funciones de comisarios políticos.
Es el momento de recuperar el tiempo perdido, el talento perdido, los hijos prestados a Madrid, Salamanca, Sevilla… Personas inteligentes, de cualquier ideología o signo político, aptas para este desafío.
A ver si de una bendita vez nos enteramos todos de que Extremadura somos todos, cada uno con sus capacidades. Ya basta de lerdos imperativos, prescriptores de lo evidente y maestros del diagnóstico. Es hora de los directivos y ejecutivos, ilusionados e ilusionantes.
¡Talento! Moneda de cuenta de los griegos y de los romanos.
Y entiendo que aquí radica el intríngulis. Si es aquí donde radica la cuestión habrá que plantearlo. Si queremos a los mejores profesionales sanitarios es preciso que estén debidamente remunerados. De otro modo se verán abocados a la emigración. Si queremos a los mejores ingenieros solares, ganaderos, economistas, restauradores, camareros, albañiles, arquitectos…
Igualmente, si queremos contar con quienes tengan visión de conjunto y aúnen esfuerzos, proyectos e ilusiones, también deberán estar debidamente remunerados; o seguirán en sus empresas y tan sólo seguiremos contando en política con el cuerpo de funcionarios de carrera.
¡Basta ya de exigir y criticar sin pagar! Es de ley y sentido común votar cada cuatro años, pero lo honesto sería participar todos y ayudar en lo común, en lo público.
Le deseo mucho éxito en su empeño. De ello depende nuestro presente, nuestro futuro y lo que es aún más importante el de nuestros hijos.